Se conoce como cirugía de retina al procedimiento médico que se realiza para tratar problemas o enfermedades que afectan la retina, una capa del ojo que convierte la luz en señales que el cerebro interpreta como imágenes. La retina está en la parte posterior del ojo y es esencial para ver bien.

Se puede necesitar cirugía de retina si tienes problemas como:

• Desprendimiento de retina: Cuando la retina se separa de la parte posterior del ojo.
• Rotura o desgarro de retina: Cuando hay grietas o rasgaduras en la retina.
• Hemorragias en la retina: Sangre en la retina que puede afectar la visión.
• Enfermedades de la retina, como la retinopatía diabética o la degeneración macular.

La cirugía de retina tiene las siguientes etapas:

1. Preparación: Primero, te darán anestesia para que no sientas dolor durante la cirugía. Puede ser anestesia local (solo en el área del ojo) o anestesia general (dormirás durante el procedimiento).
2. Acceso a la retina: El cirujano hará una pequeña incisión (corte) en el ojo o utilizará herramientas especiales para acceder a la retina. En algunos casos, se inyecta un gas o aceite en el ojo para ayudar a que la retina se adhiera correctamente.
3. Reparación: El cirujano repara la retina utilizando técnicas específicas. Esto puede incluir reparar desgarros, eliminar fluidos o sangre, o aplicar una presión especial para ayudar a la retina a volver a su lugar.
4. Finalización: Después de reparar la retina, el cirujano cierra cualquier incisión y puede colocar un vendaje o gafas especiales.

Después de la cirugía se espera lo siguiente:

• Recuperación: La recuperación puede llevar varias semanas. Es normal sentir algo de incomodidad o visión borrosa al principio.
• Cuidado postoperatorio: Deberás seguir las instrucciones del médico, que pueden incluir usar gotas para los ojos, evitar actividades intensas y asistir a citas de seguimiento.
• Resultados: Muchas personas recuperan una buena visión después de la cirugía, pero la recuperación completa puede llevar tiempo.

En relación al dolor, se espera que durante la cirugía, no deberías sentir dolor debido a la anestesia. Después, es posible que sientas cierta incomodidad o presión, pero el dolor suele ser leve y manejable con medicación.

La cirugía de retina es generalmente segura, pero como con cualquier procedimiento médico, hay riesgos potenciales. Tu oftalmólogo te explicará estos riesgos y responderá a cualquier pregunta que tengas antes de la cirugía.